En los últimos años hemos visto cómo han variado las precipitaciones en relación a su distribución, frecuencia e intensidad producto de la variabilidad climática, lo cual puede afectar en mayor o menor grado el objetivo productivo. Las precipitaciones brutas anuales y por temporada han estado por debajo del histórico de manera casi continua a partir de 2007.
En la zona precordillerana de Vilcún, específicamente en el Centro de Investigación Inia Carillanca, se han observado 4 eventos importantes de déficit hídrico. El promedio de la lluvia bruta histórica por temporada agrícola está en 537 mm, donde la precipitación efectiva estimada sería de 260 mm. Dicho valor estaría muy por debajo de las necesidades hídricas de algunas especies agrícolas de importancia para la región, obligando realizar una aplicación de agua de riego para satisfacer el objetivo productivo.
Se cuenta con herramientas tecnológicas como las Estaciones Meteorológicas Automáticas (EMAs: www.agromet.inia.cl), que entrega información de variables climáticas. Una forma de agregar valor es determinar los balances hídricos, de tal modo que el agricultor se prepare y sepa en qué momento debe incorporar o no agua a una especie agrícola. Así, en algunas zonas se ha tenido que aplicar agua de riego desde octubre hasta marzo, lo que puede variar entre temporadas agrícolas (septiembre-abril) y entre especies agrícolas.
Dada la variabilidad climática, se hace indispensable incorporar manejo del riego intrapredial, que involucra un conjunto de procesos o actividades realizadas dentro del predio para hacer un uso más adecuado del agua de riego, enfocado a potenciar un objetivo productivo que permita maximizar los resultados económicos y bienestar social. La gestión hídrica intrapredial es el componente intermedio entre el manejo de los recursos hídricos fuera del predio (extra predial) y el objetivo productivo deseado, incrementando los ingresos económicos con la misma agua consumida o aplicada (productividad del agua).